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La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que en el mundo se realizan, aproximadamente, 230 millones de procedimientos quirúrgicos mayores al año y se calcula que un hospital invierte el 30.1% de su costo total en el área quirúrgica. Debido a lo anterior, al cancelar una cirugía electiva afecta y genera conflictos presupuestales a la institución médica.
Es importante entender que, a diferencia de las cirugías de emergencia, en una cirugía electiva el paciente tiene el tiempo necesario para evaluar los riesgos y beneficio del procedimiento, permitiendo coordinar entre médico y paciente el mejor momento para realizarla. Sin embargo, la suspensión de este tipo de cirugías, es una situación común en todo centro hospitalario, generando una deficiencia en la atención del paciente.
Conocer las causas que influyen en la suspensión quirúrgica, permitirá a la administración ofrecer soluciones viables que favorezcan una mejor atención quirúrgica al paciente. Hablemos de tres grupos que engloban las principales causas de cancelación para una cirugía electiva.

Causas que llevan a cancelar cirugías electivas

Aun cuando la medicina es una ciencia altruista, al servicio de la salud, las instituciones deben gestionar la calidad de atención que brindan a los pacientes y cuidar sus intereses financieros. Por ello, uno de los índices de medición para ambos campos es evitar la cancelación de cirugías programadas, sobre todo cuando las causas de cancelación son potencialmente evitables.

Hablemos de tres causas que, aun siendo evitables, pueden llevar a la cancelación de un procedimiento médico electivo.

Causas administrativas

Se denomina causas administrativas, cuando el responsable de la cancelación es la institución responsable del quirófano donde ha de realizarse. Van desde inconvenientes menores como tiempo quirúrgico excedido, hasta faltas graves como la ausencia del cirujano, una mala programación o falta de los insumos necesarios para llevar a cabo la operación.

Estas son tres de las más comunes:

Falta de tiempo en el quirófano. El programa de los quirófanos puede verse afectado por un inicio tardío, la duración y complejidad de procedimientos quirúrgicos, llegando a presentar retrasos. Dicha situación hace susceptible a suspensión las cirugías programadas en el último turno operatorio.

Falta de equipo o material. Es una problemática que depende directamente de la institución donde se realiza el tratamiento quirúrgico, puede presentarse como falta de material protésico, ropa quirúrgica u otros insumos indispensables para quirófano. La situación lleva a la reprogramación y genera disconformidad con el paciente.
Mala programación. La afluencia de pacientes incrementa el tiempo de espera requerido para programar una intervención quirúrgica, haciendo insuficientes los turnos operatorios. Esto puede llevar a que se programe una cantidad excesiva de procedimientos que, por deficiencias institucionales, no se podrán llevara a cabo.

Causas del paciente

Las llamadas causas del paciente son aquellos motivos de cancelación que dependen de la persona que será sometida a procedimiento médico. Suele suceder cuando el paciente mejora gracias al tratamiento previo o no se siente cómodo con la información proporcionada acerca del procedimiento.

Los principales motivos para que un paciente cancele una cirugía electiva suelen ser:
Mejoría en la salud del paciente. Una cirugía electiva tiene la cualidad de realizarse en un momento óptimo para el paciente, existen situaciones en la práctica donde el padecimiento desaparece antes de realizarse la cirugía.
El paciente no se presentó. Se da por situaciones personales del paciente, de las cuales no se hace un registro exacto en el expediente hospitalario.

No se acepta el procedimiento quirúrgico. Puede ocurrir cuando no se le explica en qué consistirá el procedimiento, a pesar de firma un consentimiento informado. Esta situación se presenta por una falta de adecuada notificación por parte del personal hospitalario hacia el paciente, como por el estado anímico del paciente previo a la cirugía.

Causas médicas

Estas corresponden a la cancelación derivada del equipo médico que atenderá la cirugía o razones médicas que el paciente no puede controlar. Las causas médicas pueden ir desde una pequeña infección, hasta causas mayores como un diagnóstico equivocado. Los motivos de cancelación más comunes por cuestiones médicas son:

Condición clínica desfavorable. Aunque la principal cualidad de la cirugía electiva es esperar por la salud óptima del paciente, en cualquier momento puede adquirirse una enfermedad común, como un resfriado. En caso de presentarse con alguna enfermedad, principalmente en vías superiores, el anestesiólogo podría llegar a suspender la cirugía.

Incongruencia en el diagnostico. En la práctica, pueden presentarse diagnósticos o tratamientos errados, dando como resultado la programación de cirugías insuficientes que terminan siendo reprogramadas. Al presentarse esta clase de situación, los preoperatorios deben repetirse y los gastos hospitalarios llegan a elevarse.

Estudios preoperatorios incompletos. Si bien no es una situación común, en ocasiones, el paciente puede presentarse a cirugía con una valoración preoperatoria incompleta o sin la misma. Esto podría retrasar el tratamiento quirúrgico, inclusive sería necesario reprogramar hasta que el paciente realizase los exámenes preoperatorios.

Cómo evitar cancelar una cirugía electiva

Al conocer los principales motivos que llevan a cancelar una cirugía programada, los hospitales e instituciones médicas pueden desarrollar estrategias para mejorar sus estadísticas en este aspecto y, en consecuencia, mejorar el rendimiento financiero de sus quirófanos. Centrémonos en la cancelación por el paciente y por falta de exámenes preoperatorios.

Entre los motivos de cancelación causados por el paciente, nos interesa evitar que se dé por inasistencia del paciente y su negación a realizarse el proceso quirúrgico. Un estudio publicado por la Gaceta Médica de México (2003) la describe el procedimiento para el seguimiento y admisión de un paciente a cirugía electiva, dejando ver que el motivante detrás de los pacientes podrían ser los procesos médicos.

Primeramente, el área de medicina familiar canaliza al paciente con la especialidad correspondiente, donde tras interrogar su sintomatología y hacerle una exploración será enviado a realizar exámenes de rutina. Después, debe volver a consultar con el cirujano para ser programado, si el paciente es mayor de 50 años debe realizarse exámenes adicionales de valoración preoperatoria en medicina interna, para finalmente ser valorado por el anestesiólogo 24 horas antes del ingreso.

Todo este procedimiento puede extenderse por meses, durante ese tiempo el paciente carga con la incertidumbre de que, en cualquier momento, su cirugía puede ser cancelada. La aparente burocracia médica hace que el paciente desista del tratamiento y no se presente el día programado, pues asume desinterés por parte del equipo médico. Por otra parte, el exceso de información acerca del procedimiento incrementa su confusión y lo desoriente, haciendo que el paciente decida no aceptar la cirugía.

Por otra parte, en el caso de la cancelación por falta de exámenes preoperatorios, la literatura médica señala que no hay una diferencia relevante si la valoración preoperatoria se realiza con 2 a 30 días de antelación a la cirugía, a que se haga 24 horas antes. Realizar los exámenes preoperatorios con mayor anticipación disminuye la ansiedad del paciente, además de permitir confirmar su asistencia al procedimiento, dando pie a una mejor programación del tiempo en quirófano.

Si las institucione médicas desean mejorar la calidad de su servicio, deben mejorar la programación de cirugías contemplando la extensión de ciertos tipos de procedimientos. Además, deben garantizar la disponibilidad de los insumos necesarios para llevar a cabo las cirugías programadas. A fin de lograr lo segundo, recomendamos a las instituciones aliarse con proveedores comprometidos en sufragar sus necesidades en el menor tiempo.

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